El Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR) acusa a Occidente de "operaciones bajo bandera falsa", lo que podría indicar una intensificación de la guerra híbrida y una preparación para un conflicto con la OTAN.

SVR ha acusado a los países occidentales, en especial a Gran Bretaña y Polonia, de orquestar operaciones secretas destinadas a desacreditar a Moscú. Aunque las acusaciones no están respaldadas por pruebas, los analistas sugieren que reflejan una estrategia de guerra híbrida y una preparación de la narrativa para justificar un conflicto con la OTAN. Estas afirmaciones se perciben como parte de una campaña más amplia de desinformación y guerra psicológica, con el objetivo de moldear la opinión pública interna y denigrar a Occidente.