Bruselas, 17 de noviembre de 2025 - El Parlamento Europeo y el Consejo han llegado a un acuerdo provisional sobre el presupuesto de la Unión para 2026, en un momento en que las presiones sobre las finanzas europeas aumentan desde todas las direcciones, desde la defensa y Ucrania, hasta los enormes intereses del plan de recuperación. Según el compromiso anunciado, el nivel total de los créditos de compromiso se establece en 192,8 mil millones de euros, y los pagos efectivos en 190,1 mil millones de euros, con casi 1,3 mil millones de euros devueltos al nivel inicial propuesto por la Comisión, después de que los Estados miembros los recortaran en el Consejo. Además, el Parlamento ha conseguido otros 372,7 millones de euros por encima de la propuesta de la Comisión para una lista de programas considerados esenciales para la competitividad, la seguridad y el apoyo directo a los ciudadanos.
Las negociaciones han sido tensas precisamente porque este presupuesto debe conciliar dos realidades contradictorias. Por un lado, 2026 es el penúltimo año del actual marco financiero plurianual 2021-2027, un período marcado por la pandemia, la guerra en Ucrania, la crisis energética y una situación geopolítica cada vez más inestable. Por otro lado, el instrumento excepcional NextGenerationEU entra en una fase en la que los pagos alcanzan un pico, y los costos de financiación han explotado con el aumento de los intereses. La Comisión confirma que solo en 2026 los costos de préstamo para NextGenerationEU están 4,2 mil millones de euros por encima de las estimaciones iniciales, el doble de la previsión hecha cuando se diseñó la arquitectura de recuperación. Este elemento, invisible para el público en general, es uno de los grandes motivos de fricción entre las instituciones, ya que corre el riesgo de absorber el espacio presupuestario destinado a programas concretos, desde Erasmus+ hasta salud.
El acuerdo para 2026 intenta reducir esta tensión mediante el llamado mecanismo en cascada, ya convenido en las discusiones sobre el presupuesto 2025 y aplicado nuevamente ahora. En lugar de recortar directamente de programas visibles, las instituciones han decidido que los sobrecostos de intereses se cubran de manera escalonada, utilizando primero los márgenes no utilizados de ciertas partidas presupuestarias, luego instrumentos especiales de flexibilidad previstos en el marco financiero y, solo en última instancia, un instrumento excepcional por encima de los techos del MFP, si no se encuentran recursos dentro del presupuesto. La Comisión precisa que para 2026 combina el margen no asignado a resiliencia y valores, el Instrumento de Flexibilidad y el instrumento EURI, financiado a partir de descompromisos del pasado, de modo que se evite la activación del llamado backstop financiero. Políticamente, el mensaje a los Estados miembros y al Parlamento es claro, los intereses de NGEU no deben convertirse en un pretexto para sacrificar programas emblemáticos.
En este contexto apretado, el Parlamento se ha centrado en algunas líneas prioritarias. En el capítulo de investigación y competitividad, Horizon Europe recibe un aumento de 20 millones de euros, y las redes de transporte y energía financiadas a través de Connecting Europe Facility se refuerzan con 23,5 millones de euros para acelerar proyectos transfronterizos, considerados esenciales para el mercado interno y la transición energética. El programa Erasmus+, uno de los más visibles para la opinión pública, recibe además 3 millones de euros, una señal política de que la movilidad estudiantil no puede ser sacrificada en un período de presión presupuestaria. En el capítulo de medio ambiente y salud, el instrumento LIFE se incrementa en 10 millones de euros, y EU4Health con otros 3 millones, en un momento en que el debate sobre el cambio climático y la resiliencia de los sistemas de salud sigue siendo central.
La agricultura sigue siendo, a su vez, un tema sensible, tanto política como socialmente. Más allá de los 53,3 mil millones de euros asignados a la Política Agrícola Común en su conjunto, la Comisión confirma que 105 millones de euros adicionales se dirigen a la promoción de productos agrícolas europeos, especialmente para jóvenes agricultores, a través del Fondo Europeo Agrícola de Garantía. Este aumento es posible gracias a ingresos por encima de las expectativas y al remanente de fondos no utilizados, lo que muestra cuánto se juega el espacio presupuestario en los márgenes, no mediante el aumento efectivo del techo general. Para la comunicación política, sin embargo, es importante que los eurodiputados puedan mostrar una ganancia concreta para la agricultura, en un período en que los agricultores se quejan de costos elevados y de la competitividad de las importaciones.
Otro paquete de ajustes se dirige directamente a la capacidad de la Unión para responder a crisis. El presupuesto del Mecanismo de Protección Civil y de la componente RescEU se refuerza con 10 millones de euros, en el contexto en que la frecuencia e intensidad de los desastres naturales, desde incendios forestales hasta inundaciones, aumentan constantemente en las estadísticas europeas. La movilidad militar recibe a su vez 10 millones de euros adicionales, considerándose el programa esencial para la capacidad de los Estados miembros de desplazar rápidamente tropas y equipos en el territorio de la Unión en caso de crisis. La gestión de las fronteras externas también se refuerza con 10 millones de euros, en línea con un presupuesto total de 2,7 mil millones de euros para la gestión de fronteras y 2,3 mil millones de euros para migración, confirmados por la Comisión para el año 2026.
La dimensión externa del presupuesto 2026 está fuertemente marcada por la guerra en Ucrania y las crisis en la vecindad. La facilidad para Ucrania, el nuevo marco plurianual de apoyo a Kiev, se beneficia de 3,9 mil millones de euros en subvenciones y 7,2 mil millones de euros en préstamos para el próximo año, a los que se suman 15,6 mil millones de euros para el conjunto de la política exterior, desde NDICI Global Europe hasta IPA III y la Facilidades de Crecimiento para los Balcanes Occidentales. Además, el Parlamento ha presionado por 35 millones de euros adicionales para la vecindad sur, 25 millones de euros para la vecindad este y 35 millones de euros más para ayuda humanitaria, argumentando que la inestabilidad geopolítica y las crisis climáticas empujan a cada vez más regiones a situaciones de emergencia prolongadas.
Tras la adopción del nuevo paquete de defensa a nivel europeo, la financiación de este ámbito comienza a verse también en el presupuesto anual. La Comisión muestra que se asignan dos mil millones de euros para defensa en 2026, principalmente mil millones para el Fondo Europeo de Defensa, 621,3 millones para el nuevo Programa de Industria de Defensa Europeo, incluida la componente del Instrumento de Apoyo a Ucrania, y 261,3 millones para movilidad militar. Paralelamente, a través del instrumento SAFE, adoptado en mayo de 2025, los Estados miembros pueden acceder a hasta 150 mil millones de euros en préstamos para inversiones en defensa, garantizados por el presupuesto de la UE hasta 2030, lo que marca un cambio estructural en la forma en que la Unión trata la industria y las capacidades militares. El presupuesto anual no cubre directamente estos préstamos, pero crea el marco de garantía y sugiere que la presión presupuestaria para defensa seguirá siendo alta en los próximos años.
En cuanto a la distribución global, la Comisión presenta el cuadro completo de las asignaciones por partidas. Casi 56,5 mil millones de euros están reservados para recursos naturales y medio ambiente, de los cuales 40 mil millones representan pagos directos y gastos de mercado en agricultura. La cohesión, la resiliencia y los valores alcanzan los 71,6 mil millones de euros, con 56,6 mil millones para la política de cohesión y 15 mil millones para resiliencia y valores, capítulo que incluye Erasmus+, cultura, derechos fundamentales y apoyo a la sociedad civil. La partida para el mercado interno, innovación y digital suma 22,16 mil millones de euros, de donde se financian Horizon Europe, Digital Europe, InvestEU y otros programas que deberían apoyar la competitividad a largo plazo.
Detrás de estas cifras, el debate político sigue siendo el mismo, el presupuesto de la UE es relativamente pequeño en comparación con las expectativas. El Parlamento recuerda que el 93% del presupuesto regresa directamente a programas y proyectos en los Estados miembros, y la dimensión total del marco financiero anual, incluso junto con NextGenerationEU, sigue siendo comparable a un presupuesto nacional del tamaño de Polonia, pero para 27 países y 450 millones de ciudadanos. Para los elegidos, esta comparación es un argumento de que no hay espacio para promesas ilimitadas en Bruselas, mientras que para los gobiernos es un motivo adicional de prudencia, especialmente cuando aumentan las contribuciones nacionales y los costos de préstamo.
Las declaraciones políticas que acompañan el acuerdo reflejan este equilibrio inestable. El presidente de BUDG del Parlamento Europeo, Johan Van Overtveldt, habla de la necesidad de responder a las prioridades de los ciudadanos, desde la investigación y la seguridad hasta las fronteras y Erasmus+, pero advierte que el presupuesto, por sí solo, no será suficiente para aumentar la competitividad europea, siendo necesarios pasos adicionales. El ponente para la sección III que regresa a la Comisión, Andrzej Halicki, insiste en la idea de que el Parlamento ha conseguido dinero adicional para la seguridad de los ciudadanos, para los jóvenes, los agricultores y el entorno empresarial, subrayando las líneas simbólicas del acuerdo. El comisario de presupuesto, Piotr Serafin, describe el resultado como un compromiso que asegura la previsibilidad y permite una mayor inversión en seguridad externa, defensa e innovación, pero también en programas que afectan directamente a los ciudadanos, estudiantes y agricultores.
Desde el punto de vista procedural, el acuerdo sigue siendo provisional. El Consejo debe adoptarlo formalmente, luego el texto volverá a la Comisión de Presupuestos del Parlamento, y la votación final en el pleno está programada para el 26 de noviembre de 2025, en Estrasburgo. Solo entonces el presupuesto 2026 se convertirá en un documento oficial y podrá ser implementado a partir del 1 de enero. Paralelamente, sin embargo, las discusiones sobre el futuro marco financiero después de 2028 ya están abiertas, y la experiencia de estos años, con choques sucesivos y márgenes de flexibilidad utilizados al máximo, alimenta el argumento de que el próximo presupuesto plurianual necesitará más elasticidad y, probablemente, recursos adicionales. La Comisión dice explícitamente que las propuestas para el nuevo marco, presentadas en julio, se basan en las lecciones de los últimos años, especialmente sobre la necesidad de reaccionar rápidamente a eventos imprevistos.
En general, el presupuesto 2026 muestra una Unión que intenta hacer más con menos, recalibrando constantemente las prioridades entre competitividad, cohesión, clima, defensa y apoyo a Ucrania, mientras paga la factura de los costos de préstamo para el plan de recuperación. Para el lector común, las cifras pueden parecer abstractas, pero detrás de ellas están las becas Erasmus, los proyectos de infraestructura, las subvenciones para investigadores, los pagos a los agricultores y la ayuda humanitaria en zonas de conflicto. De la forma en que estas líneas se mueven con unos pocos decenas de millones más o menos se ve tanto el limitado espacio de maniobra de la Unión, como el intento de las instituciones de mostrar que escuchan las prioridades de los ciudadanos en un entorno económico y geopolítico cada vez más difícil.