En el marco de las negociaciones en el Palacio Victoria, el primer ministro Ilie Bolojan subrayó que el aumento del salario mínimo podría proteger el poder adquisitivo de los empleados con ingresos bajos, pero también traería efectos negativos, como el aumento de la inflación y la presión sobre las pequeñas empresas. Esto podría llevar a la pérdida de puestos de trabajo en sectores como HORECA y la industria del mueble.
Los representantes de los empleadores argumentaron a favor de mantener el salario mínimo en el nivel actual de 4050 lei, invocando un aumento del 76% en los últimos cuatro años, que supera la dinámica económica sostenible. Los sindicatos, por otro lado, abogaron por un aumento, considerándolo esencial para proteger el poder adquisitivo. El primer ministro prometió que todos los argumentos serán analizados, y se tomará una decisión antes de Navidad. También se discutieron otros temas, como el contingente de trabajadores extranjeros y las modificaciones legislativas en el ámbito de los derechos de autor. El líder de Cartel Alfa, Bogdan Hossu, criticó la percepción de que el primer ministro favorecería a las empresas en detrimento de los empleados y anunció posibles protestas.
Fuentes