El Parlamento de la República de Moldavia ha votado a favor del cierre del Centro Cultural ruso en Chisináu, como parte de los esfuerzos para reducir la influencia de Moscú en el país. La votación tuvo lugar tras la convocatoria del embajador ruso al Ministerio de Relaciones Exteriores moldavo, a raíz de intrusiones ilegales de drones rusos. El proyecto fue apoyado por 57 diputados de 101, la mayoría del partido pro-europeo Acción y Solidaridad (PAS).
El Ministerio de Cultura argumentó que el centro podría promover discursos amenazantes contra la seguridad nacional. Aunque el centro permanecerá abierto hasta julio de 2026 por razones legales, el gobierno considera que sus actividades son sospechosas. Además, el Parlamento ha iniciado el procedimiento de denuncia de tres acuerdos con los países miembros de la CEI, como parte de la alineación de la legislación nacional a los estándares de la Unión Europea. Esta decisión afectará los viajes de los ciudadanos de Tayikistán y Kirguistán, quienes necesitarán visa para entrar en Moldavia.