
El ataque cibernético a Jaguar Land Rover (JLR) tuvo un impacto económico significativo en el Reino Unido, costando aproximadamente 1,9 mil millones de libras esterlinas y afectando a más de 5.000 organizaciones, según un informe del Cyber Monitoring Centre (CMC). La producción de JLR se detuvo durante más de un mes, y el Gobierno británico anunció medidas de apoyo para la empresa y su cadena de suministro, en un contexto en el que algunos proveedores enfrentan problemas financieros. Las pérdidas semanales debido a la detención de la producción se estiman en 50 millones de libras esterlinas.
JLR, propiedad de Tata Motors, tiene tres fábricas en el Reino Unido, que producen juntas aproximadamente 1.000 coches al día. El ataque fue clasificado por el CMC como un evento sistémico de categoría 3, y las autoridades anunciaron una garantía de préstamo de 1,5 mil millones de libras para apoyar a la empresa. Las fábricas de JLR emplean a aproximadamente 30.000 personas, y otras 100.000 trabajan en la cadena de suministro, lo que subraya la importancia económica de la empresa en la región.