21 julio 12:36
¡Alarma!
Remus Ștefureac

Opiniones
Foto INSCOP.ro
INSCOP Research ha llevado a cabo, en colaboración con el Instituto para la Investigación de los Crímenes del Comunismo y la Memoria del Exilio Comunista (IICCMER), la investigación sociológica más amplia dedicada a la nostalgia después del comunismo.
Los datos de la investigación-evento titulada "Percepciones de la población sobre el COMUNISMO. Aspectos destacados de la nostalgia" se recogieron en julio de 2025, sobre una muestra de 1500 encuestados, con un error de +/-2,5%.
La encuesta se presentará en su totalidad, con análisis detallados por grupos sociodemográficos, mañana 22 de julio de 2024 a partir de las 10.00 horas durante un acto organizado por el IICCMER. También publicaremos los resultados inegrales mañana en los sitios web del INSCOP y del IICCMER.
Los resultados de la investigación indican un enorme abismo entre la realidad y la percepción que la población rumana tiene del régimen comunista, pintando así el cuadro de una sociedad casi completamente debilitada frente a la guerra informativa/híbrida/cognitiva que ya está causando estragos en nuestra casa.
Los datos que presentaremos mañana son, en ocasiones, alucinantes. Revelan los fundamentos de una nostalgia colectiva que puede afectar gravemente a la estabilidad del régimen democrático (si no lo ha hecho ya) al alimentar referencias de valor distorsionadas con mitos construidos mediante información truncada o directamente mentiras. Mentiras que se han visto exacerbadas durante más de una década por un complejo de agresiones híbridas propagadas por factores internos o entidades externas hostiles con el objetivo de provocar importantes fracturas sociales, una polarización total, una desconfianza endémica y una inseguridad crónica en la sociedad rumana.
La nostalgia tras el comunismo es también un fenómeno natural. Ya sea impulsada por el arrepentimiento por la juventud perdida o por el duro estado de incertidumbre que sienten los grupos sociales vulnerables cuyas vidas han dado un vuelco por la repentina destrucción de un régimen que lo controlaba todo, desde la vida intrauterina hasta el cementerio.
🎯 ¡Inimaginable, sin embargo, la intensidad de este sentimiento de nostalgia hoy, 35 años después de la caída del comunismo! Con todos los fracasos del presente, con toda la insatisfacción social y económica de una parte de la población que amplifica el pesar tras el comunismo, ¡los CATASTROFICOS porcentajes de población que mitifican la vida bajo el comunismo no son sólo el resultado de un fenómeno natural!
🎯 Son consecuencia directa de la guerra informativa en la que nos encontramos, de al menos 10 años de serias medidas activas coordinadas directamente por una potencia hostil, oleadas de grotesca desinformación, mentiras y manipulaciones propagadas en todos los canales de multiplicación de la información, pero especialmente en las redes sociales.
Una campaña de desestabilización y vulnerabilización social que no ha sido combatida ni por el Estado ni por la sociedad, ni en la esfera pública ni en la no pública.
Una campaña contra la que no hemos creado capacidades ni destinado recursos para construir los anticuerpos adecuados que sólo pueden encontrarse en el apego a la libertad, al buen gobierno, al patriotismo sincero, que es hermano de la integridad, la honestidad y el sentido común, no de la agresión y la violencia importadas.
Y como resultado de este fracaso, hoy dos tercios de los rumanos creen que Nicolae Ceausescu (desde hace unos 10 años, una auténtica estrella en Facebook y Tik-tok en vídeos e imágenes realizados profesionalmente, difundidos de forma estratégica e ingeniosa) fue un buen líder para Rumanía, y sólo el 24% cree que fue un mal líder para Rumanía.
La edad de oro del régimen comunista parece manifestarse, en una dimensión surrealista de la percepción, precisamente hoy, cuando el comunismo parece ser más popular que en los mejores tiempos de su existencia.
Entraremos en más detalles más adelante, pero no puedo evitar pensar en un simple hecho.
Si la mayor amenaza para la democracia rumana, para nuestra libertad y soberanía, la real, no la imaginada por los guionistas de Potemkin en el Este para uso subversivo de la neo-V 5ª Columna, se ha producido sobre el trasfondo de la guerra informativa / híbrida / cognitiva, ¿realmente no somos capaces de construir rápidamente capacidades de defensa?
Si podemos asignar 7.000 millones de euros para el programa F35, las verdaderas fortalezas volantes que necesitamos como el aire para defender nuestras fronteras, ¿no podemos encontrar mil millones, sólo mil millones, para no perder la guerra de la información que se está librando ahora mismo en nuestro propio patio trasero, amenazando seriamente nuestra seguridad nacional y, al final, incluso nuestra soberanía real?
La investigación sociológica indica una aguda necesidad de políticas públicas que aborden los actuales agravios estructurales (pobreza, desigualdad, corrupción) y las actuales carencias informativas y educativas (conocimiento de la historia real, bases mínimas de cultura general, etc.).
Los datos de la investigación-evento titulada "Percepciones de la población sobre el COMUNISMO. Aspectos destacados de la nostalgia" se recogieron en julio de 2025, sobre una muestra de 1500 encuestados, con un error de +/-2,5%.
La encuesta se presentará en su totalidad, con análisis detallados por grupos sociodemográficos, mañana 22 de julio de 2024 a partir de las 10.00 horas durante un acto organizado por el IICCMER. También publicaremos los resultados inegrales mañana en los sitios web del INSCOP y del IICCMER.
Los resultados de la investigación indican un enorme abismo entre la realidad y la percepción que la población rumana tiene del régimen comunista, pintando así el cuadro de una sociedad casi completamente debilitada frente a la guerra informativa/híbrida/cognitiva que ya está causando estragos en nuestra casa.
Los datos que presentaremos mañana son, en ocasiones, alucinantes. Revelan los fundamentos de una nostalgia colectiva que puede afectar gravemente a la estabilidad del régimen democrático (si no lo ha hecho ya) al alimentar referencias de valor distorsionadas con mitos construidos mediante información truncada o directamente mentiras. Mentiras que se han visto exacerbadas durante más de una década por un complejo de agresiones híbridas propagadas por factores internos o entidades externas hostiles con el objetivo de provocar importantes fracturas sociales, una polarización total, una desconfianza endémica y una inseguridad crónica en la sociedad rumana.
La nostalgia tras el comunismo es también un fenómeno natural. Ya sea impulsada por el arrepentimiento por la juventud perdida o por el duro estado de incertidumbre que sienten los grupos sociales vulnerables cuyas vidas han dado un vuelco por la repentina destrucción de un régimen que lo controlaba todo, desde la vida intrauterina hasta el cementerio.
🎯 ¡Inimaginable, sin embargo, la intensidad de este sentimiento de nostalgia hoy, 35 años después de la caída del comunismo! Con todos los fracasos del presente, con toda la insatisfacción social y económica de una parte de la población que amplifica el pesar tras el comunismo, ¡los CATASTROFICOS porcentajes de población que mitifican la vida bajo el comunismo no son sólo el resultado de un fenómeno natural!
🎯 Son consecuencia directa de la guerra informativa en la que nos encontramos, de al menos 10 años de serias medidas activas coordinadas directamente por una potencia hostil, oleadas de grotesca desinformación, mentiras y manipulaciones propagadas en todos los canales de multiplicación de la información, pero especialmente en las redes sociales.
Una campaña de desestabilización y vulnerabilización social que no ha sido combatida ni por el Estado ni por la sociedad, ni en la esfera pública ni en la no pública.
Una campaña contra la que no hemos creado capacidades ni destinado recursos para construir los anticuerpos adecuados que sólo pueden encontrarse en el apego a la libertad, al buen gobierno, al patriotismo sincero, que es hermano de la integridad, la honestidad y el sentido común, no de la agresión y la violencia importadas.
Y como resultado de este fracaso, hoy dos tercios de los rumanos creen que Nicolae Ceausescu (desde hace unos 10 años, una auténtica estrella en Facebook y Tik-tok en vídeos e imágenes realizados profesionalmente, difundidos de forma estratégica e ingeniosa) fue un buen líder para Rumanía, y sólo el 24% cree que fue un mal líder para Rumanía.
La edad de oro del régimen comunista parece manifestarse, en una dimensión surrealista de la percepción, precisamente hoy, cuando el comunismo parece ser más popular que en los mejores tiempos de su existencia.
Entraremos en más detalles más adelante, pero no puedo evitar pensar en un simple hecho.
Si la mayor amenaza para la democracia rumana, para nuestra libertad y soberanía, la real, no la imaginada por los guionistas de Potemkin en el Este para uso subversivo de la neo-V 5ª Columna, se ha producido sobre el trasfondo de la guerra informativa / híbrida / cognitiva, ¿realmente no somos capaces de construir rápidamente capacidades de defensa?
Si podemos asignar 7.000 millones de euros para el programa F35, las verdaderas fortalezas volantes que necesitamos como el aire para defender nuestras fronteras, ¿no podemos encontrar mil millones, sólo mil millones, para no perder la guerra de la información que se está librando ahora mismo en nuestro propio patio trasero, amenazando seriamente nuestra seguridad nacional y, al final, incluso nuestra soberanía real?
La investigación sociológica indica una aguda necesidad de políticas públicas que aborden los actuales agravios estructurales (pobreza, desigualdad, corrupción) y las actuales carencias informativas y educativas (conocimiento de la historia real, bases mínimas de cultura general, etc.).