13 agosto 15:16

Internacional
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Ante una ola de calor extremo, con temperaturas que superan los 50 grados centígrados en algunas zonas, 15 de las 31 provincias iraníes han suspendido las actividades del gobierno, las escuelas y los bancos. La demanda de electricidad ha aumentado considerablemente, pero la producción es insuficiente, lo que provoca apagones. Irán se enfrenta a una grave sequía y los embalses de agua están casi vacíos, lo que afecta al suministro de agua potable y a la agricultura. Las precipitaciones han disminuido un 41% con respecto al año pasado.