La serie "La Hiena y el Oso" corre el riesgo de ser prohibida en Rusia porque promovería la emancipación y contradice los valores tradicionales.

El Kremlin ha puesto bajo observación la serie de animación "Masha y el Oso", acusándola de socavar los valores tradicionales rusos a través del comportamiento caprichoso del personaje principal, Masha. Un politólogo ruso sostiene que la niña de cuatro años promueve un modelo peligroso de independencia, en contra de la ideología del Kremlin, que no acepta que una niña autónoma no se someta a una autoridad masculina. Esta posición ha suscitado críticas por parte de algunos escritores rusos, quienes consideran que prohibir la serie sería absurdo y que la vida no supervisada de los niños es esencial para el desarrollo emocional y narrativo. Además, "Masha y el Oso" no es la única serie que ha provocado controversias en regímenes totalitarios, similar al caso de "Winnie the Pooh" en China.