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Internacional
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Bulgaria está analizando la posibilidad de solicitar una derogación de las sanciones estadounidenses impuestas a la empresa Lukoil, temiendo que estas medidas podrían provocar graves escaseces de combustible e inestabilidad política. La refinería de Burgas, propiedad de Lukoil, asegura hasta el 80% de las necesidades de combustible del país. El gobierno búlgaro ha contactado a Washington para entender el procedimiento para solicitar una prórroga del plazo de aplicación de las sanciones, que deben entrar en vigor el 21 de noviembre. Al mismo tiempo, Hungría también está buscando una derogación, teniendo en cuenta que depende de las entregas de petróleo ruso. Las sanciones también afectarán a Rumanía y a Moldavia, donde Lukoil tiene una cuota de mercado significativa. Rumanía está analizando el impacto de las sanciones y el plan de Lukoil de vender sus negocios internacionales, para asegurar el cumplimiento de las regulaciones de seguridad económica.