El domingo, Irán y Turquía anunciaron el inicio de los trabajos para una conexión ferroviaria que unirá los dos países, con el objetivo de facilitar el comercio entre Europa y Asia. Esta línea, conocida en Irán como Marand-Cheshmeh Soraya, tendrá una longitud de aproximadamente 200 kilómetros y costará alrededor de 1,6 mil millones de dólares, estimándose que estará finalizada en tres a cuatro años.
Las autoridades iraníes han subrayado la importancia de este proyecto en el contexto de la mejora de la infraestructura y de los intercambios comerciales, esenciales para relanzar la economía iraní afectada por sanciones internacionales. La línea asegurará una continuidad ferroviaria entre Irán y Turquía, facilitando la conexión con la ciudad de Aralik. El ministro iraní de Transporte destacó que esta conexión contribuirá a la continuidad de la red ferroviaria entre China y Europa, subrayando la relevancia de las Rutas de la Seda en el comercio global.
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