Un nuevo estudio realizado por Zareh Astryan, profesor de economía en la Universidad de Münster, sugiere que el presupuesto de 392 mil millones de euros destinado a apoyar las regiones pobres de la Unión Europea produce un rendimiento económico bajo. En el contexto en el que los funcionarios de los países ricos del norte y oeste de la UE abogan por redirigir los fondos de cohesión hacia otras prioridades, los gobiernos de los países beneficiarios piden que se mantengan.
El análisis muestra que cada euro gastado en el marco de la política de cohesión genera solo un euro adicional en el PIB, y el impacto sobre la productividad y la innovación es desigual. Las críticas a los fondos de cohesión llegan en un momento tenso, con una resolución reciente del Comité Europeo de las Regiones que rechaza la fusión de los fondos para el desarrollo regional y la agricultura. Las regiones piden a las instituciones europeas que detengan estas propuestas, subrayando la importancia de los fondos para infraestructura y desarrollo económico.
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