En primavera, Rumanía se convierte en un importante punto de partida para la fuerza de trabajo estacional, con miles de rumanos viajando a Alemania para trabajar en agricultura, construcción y servicios. Las estadísticas muestran que el 80% de los trabajadores estacionales en la agricultura alemana son rumanos, destacando la dependencia de la economía alemana de este segmento laboral. Aunque muchos se van con la esperanza de mejorar su vida, las condiciones laborales son a menudo precarias, y la explotación es común, con pasaportes confiscados y viviendas insalubres. Los altos costos de alojamiento y los bajos salarios hacen que trabajar en el extranjero sea un desafío.
Los rumanos se van para asegurar un mejor sustento para sus familias, pero los efectos de esta migración son devastadores para las comunidades en casa, donde los niños crecen sin padres. Sus testimonios reflejan una dura realidad, pero el deseo de ofrecer un futuro mejor para sus seres queridos los motiva a continuar con esta rutina anual.