La embajada de Rusia en Bucarest reaccionó tras la convocatoria del embajador Vladimir Lipaev por parte del Ministerio rumano de Asuntos Exteriores, a raíz del incidente con un dron ruso que cayó en el condado de Tulcea. La misión diplomática calificó el gesto del MAE como una "acción teatralizada" y cuestionó las acusaciones de violación del espacio aéreo rumano, considerándolas "absurdas y infundadas". La embajada afirmó que las pruebas presentadas por el MAE no son concluyentes, subrayando la falta de coordenadas de entrada del dron en Rumanía y sugiriendo que este fue derribado por las fuerzas de defensa aérea, no que hubiera caído accidentalmente.
Además, la embajada reiteró las condiciones de Moscú para la obtención de la paz en Ucrania, criticando el suministro de armamento a Ucrania. El MAE anunció que había presentado pruebas sólidas de la violación de la soberanía de Rumanía y expresó su protesta ante este incidente, mencionando la posibilidad de sanciones.
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