El alcalde de Brașov, George Scripcaru, ha anunciado que, a partir de este año, la alcaldía no organizará más fuegos artificiales en la noche de Año Nuevo, teniendo en cuenta el impacto negativo sobre las mascotas.
Los fuegos artificiales provocan miedo y estrés severo, y los ruidos fuertes pueden hacer que los animales huyan, se pierdan o se accidenten. Además, las sustancias químicas de los fuegos artificiales contribuyen a la contaminación del medio ambiente.
El alcalde hace un llamado a los ciudadanos para que eviten la compra de fuegos artificiales, subrayando que otras ciudades, como Cluj-Napoca y Iași, han adoptado medidas similares. Scripcaru espera que esta decisión inspire también a otros brașovenos a encontrar formas alternativas de celebrar la noche de fin de año, sin afectar el bienestar de los animales.
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