Las autoridades de Constanța han decidido no organizar fuegos artificiales para el Año Nuevo, siguiendo el ejemplo de otras ciudades como Cluj-Napoca, Ploiești, Iași y Brașov. Esta medida se ha tomado en el contexto de la protección de los animales y el medio ambiente, teniendo en cuenta que los fuegos artificiales pueden provocar pánico y estrés extremo en los animales, especialmente en los perros.
Los representantes de la Alcaldía han subrayado el impacto negativo de estos espectáculos sobre la salud de los animales y sobre la calidad del aire, teniendo en cuenta la contaminación generada. Muchas de las ciudades que han adoptado medidas similares sustituirán los fuegos artificiales por espectáculos de luces y drones, ofreciendo así alternativas más amigables con el medio ambiente y los animales.
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