El Ministro de Trabajo, Petre-Florin Manole, ha declarado que el aumento del salario mínimo es esencial no solo para los empleados, sino también para toda la economía de Rumanía. Subraya que, en el contexto de una productividad en crecimiento y de los costos laborales entre los más bajos de la Unión Europea, un salario mínimo decente se convierte en una necesidad. Manole mencionó que la inflación de más del 9% afecta el poder adquisitivo, y que los salarios actuales no reflejan la contribución de los empleados.
Además, destacó que una ley ya en vigor, implementada en 2024, impone el cálculo del salario mínimo sobre bases objetivas, de acuerdo con la directiva europea, eliminando su politización. El Ministro concluyó que no es aceptable que los trabajadores que ganan el salario mínimo estén en riesgo de pobreza.
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