1. Tras la salida del Sr. Georgescu, tendremos un reseteo completo del juego electoral, combinado con un grado de incertidumbre infinitamente mayor, en comparación con la situación de incertidumbre provocada por la invalidación de Diana Sosoaca y que hizo posible la aparición de Călin Georgescu.
2. Rumanía se deshizo del primer candidato de la historia apoyado en la cara, a través de un comunicado de prensa, por el servicio de inteligencia de Rusia, y esto no es poca cosa porque es un acontecimiento que pasará a los libros de historia.
3. Pero Rumanía no ha escapado al reto de responder de forma honesta y coherente a las frustraciones económicas y sociales de casi la mitad de la población, nuestros conciudadanos de las zonas del país en las que aún no ha llegado suficiente riqueza tras la adhesión a la UE. Se trata de zonas que han alimentado la emigración masiva, con todas las consecuencias, a veces dramáticas, para millones de familias parcialmente rotas en Rumanía.
4. El futuro de Rumanía está en sus manos. Ciertamente, en las elecciones del 4 de mayo habrá menos candidatos que en las anteriores del 24 de noviembre, lo que hará que el debate y las elecciones sean algo más fáciles de entender y procesar.
5. El legendario poder de movilización electoral de las maquinarias de los partidos es una ilusión en las elecciones presidenciales. Quien juegue solo esa carta perderá. Y si no lo cree así, puede sentarse a una sesión de tutoría política con los señores Nicolae Ciucă, Marcel Ciolacu o George Simion, que han pasado por el infierno electoral.
6. La impresión de que los electores son manejables. La impresión de que los votantes pueden ser maniobrados en cualquier dirección por una persona, ya sea un gurú político, es una tontería. Y sería una arrogancia sancionable por los votantes. El Sr. Georgescu parece haberlo intuido ya cuando declaró, por razones tácticas y pensando en su propia "aura", que cada uno debe votar según le dicte su conciencia.
7. Probablemente, el sucesor oficial u oficioso de Călin Georgescu se clasificará para la segunda ronda. La competición por el segundo puesto en la final será entre 3-4 candidatos y se espera que sea muy reñida, impredecible y tanto más importante cuanto que el subcampeón de la final tiene la oportunidad de convertirse en el próximo presidente de Rumanía.
8. De momento no hay favoritos ni pistas sobre posibles tendencias. La semana que viene tendremos más datos, pero de todas formas no los suficientes. Para el 4 de mayo espero máxima volatilidad en la intención de voto, con oscilaciones permanentes semana a semana y un desenlace aplazado hasta la última hora del último día.
9. Sin embargo, me gusta pensar que tenemos una certeza. La brutal reorientación de Rumanía hacia Rusia ya no es posible. En un país en el que el 90% de la población no quiere salir de la UE ni de la OTAN, los aspirantes a la presidencia ya habrán aprendido la lección: la pertenencia al mundo occidental, inscrita en nuestro ADN identitario por nuestros padres fundadores (los pashoptistas, la Escuela de Transilvania), sigue siendo un culto más fuerte que cualquier mesianismo político inflado con esteroides de marca tik-tok-kazacioc.