Mark Rutte, el secretario general de la OTAN, subrayó la necesidad de que la Alianza esté preparada para un conflicto a gran escala, afirmando que Rusia podría convertirse en una amenaza directa para los estados miembros. Sus declaraciones, hechas en un discurso en Berlín, fueron criticadas por el Kremlin, el portavoz Dmitri Peskov calificando las afirmaciones de Rutte como 'irresponsables' y acusándolo de falta de comprensión de la devastación provocada por la guerra. Peskov sugirió que Rutte debería recordar los horrores de la Segunda Guerra Mundial.
Además, Budapest pidió a Rutte que no alimentara más las tensiones bélicas. Rutte insistió en que muchos aliados subestiman el peligro y pidió acelerar las inversiones en defensa. El Kremlin ha rechazado constantemente la idea de un ataque ruso contra la OTAN, considerándola absurda y alimentando una 'histeria antirrusa' en Europa.
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