
Esta victoria llega en un período de crisis económica profunda, después de dos décadas de gobiernos socialistas. Paz, un político moderado, ha prometido un enfoque de "capitalismo para todos", centrado en la descentralización y la rigurosidad presupuestaria. Al anunciar los resultados, sus seguidores celebraron en la calle, expresando su esperanza por un nuevo rumbo del país.
El nuevo presidente reemplazará a Luis Arce, quien renunció a postularse debido a su baja popularidad. Rodrigo Paz tendrá que formar alianzas en el Parlamento, dado que no cuenta con una mayoría. Se enfrenta a desafíos económicos significativos, incluyendo la alta inflación y la escasez de combustibles, y tendrá que gestionar la oposición de Evo Morales, que sigue siendo popular entre los indígenas.
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