El martes, las fuerzas de orden brasileñas llevaron a cabo una operación de gran envergadura en Río de Janeiro, movilizando a 2.500 agentes para combatir el tráfico de drogas. El gobernador del estado, Claudio Castro, anunció que 18 sospechosos fueron asesinados y que más policías murieron, sin especificar un número exacto. La operación resultó en 81 arrestos y la confiscación de 42 armas, teniendo como objetivo principal combatir la expansión del grupo criminal Comando Vermelho. La acción se centró en las favelas Complexo da Penha y Complexo do Alemão, donde los traficantes de drogas levantaron barricadas para impedir la intervención de la policía.
El gobernador describió los desafíos que enfrentan las autoridades, mencionando el uso de drones por parte de los criminales. Las intervenciones policiales en Río son frecuentes, y en 2024, casi 700 personas han muerto durante estas operaciones.
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