Una mujer de 34 años y su hija de 10 años, de origen sirio, fueron encontradas muertas en un congelador en un apartamento en Innsbruck, Austria, después de haber estado desaparecidas desde julio de 2024.
Su desaparición fue reportada por un miembro de la familia, que observó transacciones bancarias sospechosas. La investigación reveló que, antes de su desaparición, la mujer envió mensajes de renuncia y realizó una transferencia bancaria al principal sospechoso. Dos hermanos austriacos, arrestados en junio de 2025, son sospechosos de estar involucrados en su desaparición. Las autoridades han iniciado una investigación sobre la muerte violenta de las dos víctimas, y el descubrimiento de los cadáveres podría llevar a acusaciones de doble homicidio contra los sospechosos.