La senadora australiana de extrema derecha, Pauline Hanson, llevó el lunes un burka en el parlamento como parte de su esfuerzo por prohibir esta vestimenta musulmana en público. Su gesto fue recibido con furia y acusaciones de racismo por parte de otros senadores, incluidas senadoras musulmanas. Hanson llevó el burka después de que se le rechazara la introducción de un proyecto de ley que prohibiría el uso de esta vestimenta. El incidente llevó a la suspensión de la sesión parlamentaria, ya que Hanson se negó a quitarse la prenda.
Políticos de diversos partidos condenaron sus acciones, calificándolas de "indignas" de un miembro del Senado. En una declaración en Facebook, Hanson justificó el gesto como una protesta contra la negativa a prohibir el burka, afirmando que quiere llamar la atención sobre los problemas de seguridad nacional y el tratamiento de las mujeres. También había llevado el burka en el parlamento en 2017, teniendo una carrera marcada por la oposición a la inmigración de Asia y a las vestimentas islámicas.
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