Un incidente en una empresa metalúrgica en Italia llevó al despido de un empleado que se quedó dormido en el trabajo, pero la Corte de Casación de Italia declaró que este despido era ilegal. A través de la ordenanza n.º 8308 de 2023, el tribunal estableció que la empresa debe pagar al empleado el equivalente a 18 salarios mensuales, subrayando que las sanciones deben ser proporcionales a la gravedad del hecho.
Los jueces rechazaron la idea de que simplemente quedarse dormido justifica un despido, destacando la importancia del principio de gradualidad en la aplicación de medidas disciplinarias. En contraste, otro caso en España involucró a una empleada despedida por llegar constantemente de 30 a 40 minutos antes al trabajo, considerando el tribunal este comportamiento como una falta grave que afecta la relación de confianza con el empleador. Estos casos ilustran la complejidad de la legislación laboral y la necesidad de respetar los procedimientos disciplinarios adecuados.