5 septiembre 15:07

Internacional
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El gobierno liderado por Keir Starmer atraviesa una semana complicada, con los inversores y la oposición ejerciendo presiones debido a las incertidumbres económicas. Los rendimientos de los bonos a 30 años han alcanzado máximos históricos, afectando a la libra esterlina y complicando la planificación presupuestaria. La viceprimera ministra Angela Rayner enfrenta demandas de dimisión tras el escándalo relacionado con los impuestos reducidos sobre una segunda propiedad, y la ministra de Finanzas, Rachel Reeves, debe gestionar un déficit del 4,8% del PIB. La inflación persistente complica las decisiones del Banco de Inglaterra, dejando al gobierno en una situación precaria.