El bloqueo creado en Bruselas plantea preguntas sobre la continuación del apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) a Ucrania, en el contexto de un nuevo programa de financiamiento de 8 mil millones de dólares, destinado a asegurar la estabilidad presupuestaria del país en guerra. La aprobación de este programa depende de la capacidad de la Unión Europea para demostrar apoyo financiero a través de un plan de préstamo garantizado. El rechazo de Bélgica a apoyar este préstamo podría llevar al FMI a bloquear el apoyo a Kiev, dado que la oposición de Bruselas, por razones jurídicas y financieras, amenaza con retrasar la adopción del paquete de apoyo. Un funcionario europeo ha reconocido que existe un problema de calendario, ya que la cumbre de líderes de la UE está programada para el 18-19 de diciembre, lo que limita las opciones de decisión rápida. Además, en la cumbre de octubre, los líderes de la UE evitaron mencionar explícitamente el préstamo de 140 mil millones de euros, adoptando una formulación general que no ofrece suficientes garantías al FMI. Bruselas propone que este préstamo no sea reembolsable con fondos ucranianos, considerándolo prácticamente una donación. Ante la reducción del apoyo estadounidense, la Unión Europea espera asumir la mayor parte del esfuerzo económico para apoyar a Ucrania. La decisión del FMI es crucial no solo para Ucrania, sino también para mantener la confianza de otros acreedores en la economía ucraniana.
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