En el marco de una reunión con el ministro de Relaciones Exteriores turco Hakan Fidan, el vicepresidente estadounidense JD Vance y el secretario de Estado Marco Rubio transmitieron un llamado a los países de la OTAN, incluida Turquía, para que reduzcan las compras de petróleo ruso. Aunque Turquía es el tercer mayor comprador de petróleo ruso, después de China e India, las refinerías turcas han comenzado recientemente a disminuir las compras de crudo ruso como resultado de las sanciones impuestas por EE. UU. a las empresas rusas de petróleo.
No obstante, Turquía no tiene la intención de detener por completo estas compras. Rusia sigue siendo el mayor proveedor de gas natural de Turquía, y las negociaciones para contratos a largo plazo están en curso, teniendo en cuenta que los acuerdos actuales expiran a finales de año. Los expertos de Bloomberg Economics sugieren que, aunque la presión de EE. UU. podría representar un problema, la diversificación de las fuentes de suministro permite a Turquía gestionar el impacto sobre los costos de importación. Esta información surge en el contexto en el que EE. UU. ha otorgado recientemente a Hungría una exención de las sanciones sobre el petróleo ruso por un año.