El portavoz del gobierno chino, Peng Qing'en, declaró que Pekín no excluirá el uso de la fuerza en el caso de Taiwán, subrayando que la reunificación pacífica es prioritaria, pero se reserva el derecho de tomar las medidas necesarias. Esta declaración se produjo en un contexto en el que la prensa estatal prometía un gobierno benigno en caso de una reunificación. China considera a Taiwán como parte de su territorio y nunca ha renunciado al uso de la fuerza para controlarlo.
Los funcionarios taiwaneses rechazan estas reclamaciones, subrayando que el modelo chino de autonomía, similar al de Hong Kong y Macao, no es aceptado en Taiwán. El gobierno de Taipéi considera que Pekín busca disminuir la soberanía de la isla y imponer un control similar al de las regiones mencionadas.