Un detenido del Penitenciario de Târgu Jiu accedió ilegalmente al sistema informático de la institución, modificando su pena y realizando compras en línea.

Al obtener una brecha de seguridad durante una transferencia en el Hospital Penitenciario de Dej, el recluso observó el usuario y la contraseña de un policía penitenciario con derechos de administrador. Tras regresar al penitenciario, utilizó los datos de acceso para modificar la información en el sistema, incluyendo la reducción de su propia pena y la de sus compañeros. Además, realizó compras en línea sin pagar y accedió a correos electrónicos, generando confusión entre los empleados del penitenciario. Las irregularidades fueron descubiertas por una empleada, y el recluso reconoció los hechos. Ahora, él enfrenta una nueva condena, ya que se ha presentado una denuncia penal.