La doctora Simona Boila, de 56 años, fue encontrada carbonizada en su vivienda en Molsheim, Francia, el 30 de octubre. Las autoridades sospechan que su hijo, Andrei, de 22 años, podría estar implicado en el crimen, ya que es buscado por la policía.
La desaparición de la médica fue reportada por una empleada de su consultorio de cardiología, quien alertó a las autoridades después de no poder contactarla. En el lugar, los policías encontraron un cadáver carbonizado, y el incendio habría ocurrido un día antes. Simona Boila, originaria de Cluj-Napoca, se mudó a Francia a finales de los años 2000 y era bien conocida en la comunidad local. Su hijo, Andrei, tiene antecedentes psiquiátricos y se sospecha que cometió el crimen. La comunidad rumana y las autoridades locales están en estado de shock tras esta tragedia.
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