Esto subraya que, en los últimos cinco años, el salario mínimo bruto ha aumentado aproximadamente un 85%, lo que ha generado presiones significativas sobre los costos de la mano de obra. La economía de Rumanía enfrenta un crecimiento modesto, estimado por el Fondo Monetario Internacional en un 1% en 2025 y un 1,4% en 2026, mientras que el consumo interno y la confianza de la población están en disminución. Călin Ile, vicepresidente de Concordia, declaró que un aumento del salario mínimo podría amplificar los desequilibrios económicos existentes, afectando la competitividad y la capacidad de contratación de las empresas. En sectores como el transporte, HoReCa y la industria del mueble, la rentabilidad ha caído por debajo del 4%, y los costos operativos han aumentado significativamente. Además, las condiciones económicas actuales no permiten la absorción de nuevos aumentos de costos sin riesgos para los puestos de trabajo.
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