Los suplementos de plantas, como la cúrcuma y la ashwagandha, pueden llevar a complicaciones hepáticas graves, según algunos estudios recientes. Fernanda Thompson, una madre de Florida, comenzó a tomar cúrcuma para mejorar su inmunidad, pero descubrió que tenía un bajo número de glóbulos blancos y un hígado agrandado. Después de leer sobre los riesgos asociados con la cúrcuma, dejó de tomar el suplemento y notó una mejora en su salud.
Los médicos advierten que los suplementos pueden sobrecargar las funciones normales del hígado, y los casos de toxicidad están en aumento, con estimaciones de que 15,6 millones de estadounidenses toman diariamente compuestos potencialmente tóxicos. Aunque no todos los usuarios sufren efectos adversos, algunos pueden tener reacciones severas, y los riesgos varían en función de la genética. Los especialistas recomiendan consultar al médico antes de tomar suplementos, subrayando que una dieta equilibrada es la mejor opción para la salud.