Ayer 09:31

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El estudio, publicado en la revista científica Nature, reveló que, junto con la disminución del número de árboles nuevos, las ramas y troncos de los árboles muertos, conocidos como biomasa leñosa, han comenzado a emitir carbono a la atmósfera, en lugar de absorberlo. El informe también destacó un aumento en el número de ciclones, que han llevado a la muerte de varios árboles y a dificultades en su regeneración.