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Internacional
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Bernard Aquilina, profesor de informática, fue despedido y recibió una prohibición indefinida para enseñar en Inglaterra, después de que abofeteara a un estudiante que se reía de un compañero que no pudo responder a una pregunta. La comisión de ética lo encontró culpable de conducta inaceptable, y los testigos confirmaron el incidente. Aunque mostró cierto remordimiento, Aquilina no demostró entender la gravedad de sus acciones, lo que llevó a la conclusión de que existe el riesgo de repetición del comportamiento. La prohibición puede ser impugnada a partir de 2029.