En un movimiento inusual, varios funcionarios de la administración Trump, como el jefe del Pentágono Pete Hegseth, el secretario de Estado Marco Rubio y la secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem, se han mudado a viviendas destinadas a militares en la zona de Washington. Hegseth vive en una casa en Fort McNair, pagando un alquiler de 4,655.70 dólares al mes. Estos movimientos, aunque no son sin precedentes, son menos comunes para un número tan grande de funcionarios de alto rango. La razón de estos movimientos podría estar relacionada con el aumento de las amenazas a la seguridad, incluidos los recientes incidentes violentos que han afectado a funcionarios políticos. Por ejemplo, la exasesora de la Casa Blanca, Katie Miller, tuvo un encuentro alarmante con un extraño que la seguía. Esta polarización de la sociedad ha llevado a los funcionarios a buscar protección adicional, mudándose a bases militares, donde se benefician de una mayor seguridad. Los cambios recientes en la evaluación de las amenazas, incluidas las tentativas de asesinato y la violencia política, han llevado a una mayor demanda de viviendas militares, lo que ha agotado el stock disponible para los oficiales de alto rango.
2 noviembre 06:32
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