El buque de patrulla HMS Severn ha monitoreado el movimiento de los barcos rusos durante dos semanas, y posteriormente la vigilancia fue asumida por un aliado de la OTAN. El ministerio no especificó la hora exacta de la interceptación, mencionando que la operación forma parte de la colaboración regular con los aliados. Además, el Reino Unido ha enviado tres aviones de vigilancia P-8 Poseidon a Islandia para monitorear las actividades navales rusas en el Atlántico Norte. En los últimos dos años, el número de barcos rusos cerca de las aguas británicas ha aumentado en un 30%. Las autoridades británicas también han informado sobre la actividad del buque oceanográfico ruso 'Yantar', considerado una amenaza potencial. La embajada de Rusia en Londres ha rechazado las acusaciones, afirmando que el Reino Unido 'alimenta la histeria militarista' y que Moscú no tiene intenciones hostiles.
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