Kenya ha firmado un acuerdo histórico de salud con Estados Unidos, valorado en 2.5 mil millones de dólares, destinado a combatir enfermedades infecciosas como el VIH/Sida, la malaria y la tuberculosis. Aunque los funcionarios estadounidenses consideran este acuerdo un paso importante en las relaciones con los países en desarrollo, persisten los temores de que EE. UU. podría obtener acceso en tiempo real a bases de datos críticas de salud, incluyendo información sensible sobre los pacientes.
El ministro de salud de Kenia, Aden Duale, ha asegurado que solo se compartirán datos desidentificados y agregados. El acuerdo, que se alinea con la estrategia "América Primero" de la administración Trump, establece que EE. UU. contribuirá con 1.7 mil millones de dólares, y el gobierno keniano con 850 millones de dólares.
El presidente keniano, William Ruto, ha subrayado que los fondos se utilizarán para mejorar la infraestructura de salud del país. Sin embargo, algunos ciudadanos exigen total transparencia respecto al acuerdo, temiendo la posible exposición de datos personales. Duale ha rechazado estos temores, afirmando que los datos de salud de los kenianos están protegidos por la legislación nacional. Los funcionarios estadounidenses aún no han comentado sobre estas preocupaciones relacionadas con los datos. Otros países africanos podrían firmar acuerdos similares hasta finales de año.