En su nuevo documento de Estrategia Nacional de Seguridad, la Casa Blanca aborda los desafíos geopolíticos que enfrentan los EE. UU. y el mundo, subrayando que la seguridad de Europa depende de un cambio político hacia la derecha.
El documento acusa a la Unión Europea de riesgos relacionados con la 'borradura civilizacional' debido a la creciente inmigración y la disminución de la natalidad, advirtiendo que Europa podría volverse irreconocible en 20 años. La retórica refleja una dimensión racial, similar a las teorías de conspiración en países como Hungría e Italia. La Casa Blanca también propone ayudar a Europa a corregir su trayectoria actual, promoviendo la 'resistencia' entre las naciones europeas y apoyando a los partidos patrióticos, considerándolos un motivo de optimismo para América.