El primer ministro belga Bart de Wever subrayó los riesgos asociados con la confiscación de activos rusos congelados, advirtiendo que esto podría llevar a represalias severas por parte de Moscú. Bélgica, que posee la mayoría de estos activos, teme las consecuencias legales y financieras. De Wever declaró que la presión ejercida sobre su país es "increíble" y que bloqueará la iniciativa de la UE si no hay una asunción conjunta de riesgos.
Subrayó que la confiscación de fondos soberanos sería un gesto sin precedentes, comparando la situación con la historia de las confiscaciones de activos en tiempos de guerra. Además, el ministro de Asuntos Exteriores belga, Maxime Prevot, expresó preocupaciones relacionadas con los planes de la UE de utilizar estos activos para financiar un préstamo de 140 mil millones de euros para Ucrania, solicitando garantías para cubrir los riesgos para Bélgica. De Wever insistió en que, sin una mutualización de riesgos, hará todo lo posible para bloquear el plan, subrayando que Bélgica no aceptará soportar sola las consecuencias.