El presidente iraní Massoud Pezeshkian declaró que Teherán enfrenta una crisis de agua sin precedentes, con reservorios casi vacíos y precipitaciones en mínimos históricos, lo que hace que la reubicación de la capital sea una necesidad. Subrayó que, a pesar del posible desarrollo de la capital, el problema del agua no puede ser resuelto. Teherán ha registrado una disminución del 95,8% en las precipitaciones en comparación con la media histórica, y el gobierno ha comenzado a interrumpir el suministro de agua para reducir el consumo.
La idea de evacuar la capital ha generado críticas, y el gobierno ha precisado que Pezeshkian quería llamar la atención sobre la gravedad de la situación, no proponer un plan concreto. Las autoridades anunciaron recientemente operaciones de siembra de nubes para estimular la lluvia, pero la reubicación de la capital sigue siendo un tema controvertido.
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