En el periodo de julio a septiembre de 2025, la economía de Alemania se ha estancado, con un PIB constante en comparación con el trimestre anterior, contrariamente a las previsiones de los analistas de un crecimiento del 0,1%.
Este estancamiento ha impedido la entrada en recesión técnica, que habría tenido lugar si la actividad económica hubiera disminuido durante dos trimestres consecutivos.
Las inversiones en equipos han tenido una evolución positiva, pero las exportaciones han disminuido. Esta situación ejerce presión sobre el gobierno liderado por el canciller Friedrich Merz, que debe relanzar la economía, teniendo en cuenta que Alemania es el único país del G7 sin crecimiento del PIB en los últimos dos años.
Merz planea un esfuerzo presupuestario significativo para la modernización de la defensa y la infraestructura, pero los efectos de estas inversiones se sentirán recién en 2026.
Los analistas pronostican un avance del 0,2% para todo el año 2025, después de dos años de disminución económica.