Alemania planea reforzar sus fuerzas armadas, pero la dependencia de China de las materias primas amenaza sus planes de rearme.

La canciller alemana planea transformar el ejército del país en la fuerza convencional más poderosa de Europa, destinando cientos de miles de millones de euros a defensa de aquí a 2029. Sin embargo, este rearme se basa en una dependencia crítica de minerales raros, la mayoría de los cuales proceden de China. Alemania importa el 95% de las materias primas estratégicas que necesita, y China controla gran parte del procesamiento de estos recursos, lo que podría bloquear los planes industriales de defensa de Berlín.