 
            Las autoridades locales de Río de Janeiro han anunciado la intención de vender el estadio Maracanã, una decisión que ha generado un debate nacional. Esta medida forma parte de una estrategia para reducir la deuda del estado, que asciende a 1,89 mil millones de euros y debe ser pagada hasta 2026, según el programa federal de reestructuración económica.
La venta del estadio podría generar más de 320 millones de euros, sin embargo, el anuncio ha provocado indignación entre los brasileños, que consideran el Maracanã un símbolo histórico y cultural. El estadio se hizo famoso después de albergar la final de la Copa Mundial de 1950, cuando registró el mayor número de espectadores en la historia, con 173.850 aficionados presentes en el partido Brasil-Uruguay.
 
                             
                             
             
             
             
                 
                 
                 
                 
                 
    