Los turistas bloquean el carril de seguridad de los socorristas con toallas y sombrillas, poniendo en peligro la respuesta de emergencia.

En la costa rumana, los socorristas se enfrentan al problema de la ocupación abusiva del carril de seguridad por los turistas, que instalan toallas y sombrillas en una zona a cinco metros del agua reservada a las intervenciones de urgencia. Ignorar las señales de prohibido el paso dificulta el acceso de los socorristas, que acaban pasando mucho tiempo intentando abrirse paso entre los turistas. Aunque existen normas para sancionar estas infracciones, las multas rara vez se aplican, lo que dificulta la eficacia de los socorristas. En Mamaia, el problema se resuelve en parte con las algas de la orilla, que desalientan la ocupación de la zona de intervención.