Rumanía es el segundo mayor productor de bicicletas de la UE, pero su uso es el más bajo: sólo el 0,3% de las distancias urbanas se recorren en bicicleta.

Esta paradoja es especialmente evidente en Bucarest, donde los residentes pierden más de 100 horas de tráfico al año. Sin embargo, existen soluciones, pero requieren el diálogo entre autoridades, promotores y sociedad civil, que actualmente está asfixiada por las bocinas de los coches. Los datos de la Comisión Europea muestran que más de la mitad de los desplazamientos se hacen en coche, y sólo un 0,3% en bicicleta.