En el pasillo de la estación de metro Piața Unirii, una mujer embarazada de 34 semanas cayó debido a las contracciones fuertes. Junto a ella estaba su hijo de aproximadamente 3 años, que, asustado, no entendía qué estaba sucediendo. Los policías intervinieron rápidamente, brindando atención médica a la madre y apoyo al niño. Un policía, Mirel, tomó al niño en brazos, logrando calmarlo a través de juegos y conversaciones, ofreciéndole la seguridad que necesitaba.
Esta interacción terminó con un abrazo fuerte por parte del niño. Los testigos notaron la solidaridad de quienes estaban alrededor, incluidos los estudiantes y empleados de Metrorex, que intentaron ayudar. La madre recibió asistencia médica, y el niño permaneció a salvo hasta la llegada de la abuela. Este incidente destacó la humanidad y la prontitud de los policías en situaciones de emergencia.
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