El análisis realizado por Dumitru Chisăliță, presidente de la Asociación Energía Inteligente, subraya el alarmante aumento de explosiones causadas por fugas de gas en Rumanía, donde casi el 50% de las viviendas no tienen revisiones realizadas en las instalaciones de gas. En 2011, se eliminó la obligación de que los distribuidores de gas realizaran verificaciones periódicas, y estos servicios fueron externalizados a empresas autorizadas, lo que llevó a una disminución de la responsabilidad y a una proliferación de empresas sin experiencia.
La falta de cultura técnica de los consumidores y el deseo de ahorrar dinero han llevado al uso de instalaciones improvisadas, aumentando los riesgos. Además, la infraestructura envejecida y los trabajos de construcción realizados de manera inadecuada contribuyen a la deterioración de las instalaciones subterráneas. Chisăliță propone una reorganización de las actividades de distribución y verificación para mejorar la seguridad pública y prevenir tragedias futuras.