El Ministerio de Cultura de Rumanía propone la disolución del Instituto Nacional del Patrimonio, generando protestas y temores entre los empleados y especialistas del sector.

El Ministerio de Cultura de Rumanía ha confirmado la intención de disolver el Instituto Nacional del Patrimonio (INP), una institución esencial para la documentación y protección de los monumentos históricos. Esta propuesta ha suscitado una ola de reacciones negativas, incluyendo protestas y una petición pública con miles de firmas. Los empleados del INP se enteraron de la disolución a través de medios en línea, y el director de la institución, Marius Streinu, subrayó que no existen argumentos económicos que justifiquen esta decisión.

El instituto, fundado en 1990, reúne a especialistas de diversos campos, y su disolución podría afectar gravemente la protección del patrimonio cultural de Rumanía. Más de 200 empleados se encuentran en incertidumbre, y muchos de ellos están considerando renunciar. Además, Rumanía corre el riesgo de perder fondos europeos y afectar la colaboración con la UNESCO, lo que podría conducir a sanciones financieras significativas. ONG y organizaciones profesionales han protestado, subrayando que la austeridad no debería afectar a la cultura, que tiene un presupuesto extremadamente reducido. El temor general es que, sin un organismo independiente, Rumanía podría repetir los errores del pasado en la gestión del patrimonio cultural.