Las aguas rumanas han anunciado que el nivel del agua en el Lago Vidraru ha disminuido considerablemente como resultado de un ejercicio de vertido controlado, que tuvo lugar a finales de octubre. Este vertido ha creado paisajes raros en el valle del Argeș, transformando la zona en un "cuadro vivo".
Los equipos de monitoreo, formados por hidrólogos y técnicos, han seguido el proceso para garantizar la seguridad de las comunidades ribereñas. El ejercicio tenía como objetivo probar la capacidad del lecho del río Argeș para absorber los volúmenes de agua evacuados, con miras a vaciar la presa de Vidraru para trabajos de modernización que comenzarán en diciembre. La prefecta del condado de Argeș, Ioana Făcălețea, subrayó la importancia de movilizar las instituciones involucradas para llevar a cabo el ejercicio de manera segura.