Al 38 años de la Revuelta anticomunista de Brașov, el primer ministro Ilie Bolojan ha transmitido un mensaje de conmemoración, destacando que este evento sigue siendo un símbolo de la resistencia contra la injusticia. Bolojan subrayó el coraje de los trabajadores que, en 1987, protestaron contra el régimen opresivo, abriendo el camino hacia la Revolución de diciembre de 1989. Él enfatizó el deber de las generaciones actuales de defender los derechos y libertades ciudadanos, protegiendo la verdad histórica en un contexto marcado por desafíos de seguridad y desinformación.
La revuelta comenzó el 14 de noviembre de 1987, como una protesta espontánea de los trabajadores, pero se transformó rápidamente en un movimiento político, culminando con la represión violenta por parte de las fuerzas de Seguridad. Aproximadamente 300 manifestantes fueron arrestados, y el régimen intentó minimizar la importancia del evento, considerándolo casos aislados de vandalismo. Bolojan reafirmó la importancia de construir una sociedad basada en valores democráticos y de no olvidar los sacrificios de aquellos que lucharon por la libertad.