La medida más reciente de INSCOP para las elecciones parlamentarias, a finales de octubre y principios de este mes, muestra a AUR en primer lugar (38%), PSD en 19,5% y PNL en 14,6%. En los últimos meses, pero después de las elecciones de mayo de 2025, el cambio más visible ha sido en la relación entre PSD y PNL. Si en junio PSD estaba por debajo de PNL, parece que el gobierno ha erosionado más rápidamente a los liberales en estos tiempos inestables. ¿Está PSD satisfecho, en estas condiciones, con una victoria tan mezquina (algo cada vez más plausible teniendo en cuenta el comportamiento dentro de la coalición...)? Lo cierto es que, así, está a la mitad de la puntuación de AUR, algo inimaginable hace... digamos, cuatro años.
Por supuesto, la idea de PSD es que salir del estancamiento, al menos un poco, y coquetear con algunos temas soberanistas, podría traer de vuelta al electorado perdido. No está claro si será así. Hasta ahora, el fracaso de las elecciones presidenciales por parte de Marcel Ciolacu, un líder bastante atento a la voz del hombre común y a las insatisfacciones del público, ha mostrado que las autopistas, las subvenciones y los techos ya no cumplen con los estándares. La migración de una parte del público de PSD a AUR no se relaciona solo con lo que dice AUR, sino más bien con cómo lo dice AUR. Como resultado, la inversión de la migración podría no ser tan simple. Más aún, dado que los partidos de la corriente principal, todos, tienen un pequeño déficit de personalidades carismáticas desde hace un tiempo.
La otra gran pregunta sobre las cifras de las que hablamos es si este 38% de AUR es una disminución frente a ese 40% con el que nos han acostumbrado desde junio de 2025 hasta el mes pasado, o si es solo el resultado de una pequeña variación explicable por los márgenes de error habituales de las muestras probabilísticas. Al final, todo es posible. Por supuesto, la estimación de la que hablamos ahora es teóricamente mejor que la de principios de octubre (muestra más grande, error máximo permitido más pequeño, un cuestionario más corto, un porcentaje más bajo y más creíble de personas que expresan una opinión de voto). Los porcentajes son medidas relativas, no absolutas. Si eliminamos a los indecisos y a los que no están interesados en votar del cálculo, al final, para que disminuya el porcentaje de alguien, debe aumentar el porcentaje de otros. La crisis de los partidos de la corriente principal persiste, y 2-3 puntos hacia arriba o hacia abajo no significa que se hayan recuperado después del shock del largo año electoral 2024-2025.